A la hora de someter a nuestras mascotas a una intervención quirúrgica, uno de los aspectos que más preocupan es la aplicación de la anestesia, sobretodo si nuestro peludo amigo es de edad avanzada.
Siempre nos han hecho pensar que podría ser altamente riesgoso, pero la verdad es que las complicaciones que se conocen por anestesia en mascotas viejas están muchísimo más relacionadas con enfermedades subyacentes que no fueron detectadas en el proceso previo a la intervención.
Por eso es importante que sean sometidos a diversas pruebas antes, para descartar cualquier problema de coagulación, insuficiencias renales y hepáticas y cualquier aspecto de su salud que pueda verse agravado por causa de la anestesia.
Entre los distintos métodos que se usan para anestesiar, el más recomendable para perros mayores, es el inhalado, que tiene resultados más positivos y reducen los efectos secundarios. Se aplica con sondas endotraqueales que evitan que la mascota sufra insuficiencias respiratorias durante la operación, por ejemplo.
La anestesia inhalatoria es perfectamente compatible con pacientes de todas las edades, pues induce el sueño pero permite al paciente tener una respiración espontánea. Además, este tipo de sedación tiene propiedades analgésicas que reduce el uso de otros medicamentos durante la intervención y permite un despertar más rápido y seguro.
La anestesia no debe ser vista con miedo, sino como un procedimiento más que merece respeto; no es algo dañino, es un aliado a la hora de reducir el dolor de nuestras mascotas, evitarles situaciones de estrés que agraven su condición y diagnosticar y curar de manera más segura.
Si bien es cierto que hay un protocolo aplicable para los perros en general, hay razas que deben ser tratadas con más cuidado para que la anestesia trabaje en forma segura: perros braquicéfalos (con hocico muy corto), perros de pastoreo, toys y gigantes requieren de un cuidado especializado por sus evidentes diferencias a nivel genético y anatómico.
El peso es un factor protagonista, por lo cual es muy importante que el veterinario determine con precisión la dosis de anestesia recomendada según el peso individual de la mascota.
En fin, los beneficios del uso de la anestesia son muchísimo mayores que los riesgos (que sólo existen cuando el personal no se encarga de los cuidados previos necesarios).
La realidad es que no hay buena anestesia, sino buenos anestesiólogos, por eso queremos recordarles la importancia de escoger al mejor equipo cuando de la salud de tu mascota se trate.