Es muy frecuente que los perros sufran de parásitos pero por eso no deja de ser importante que sigamos los tratamientos recomendados por su veterinario de confianza. Conoce cuáles son los parásitos más comunes en perros.
Los perros son los compañeros más fieles que podamos pedir, su lealtad y amor incondicional son legendarios y por eso debemos retribuirles cuidándolos y dándoles la mejor atención posible. Eso incluye muchos juguetes y cosquillas en la panza, por supuesto.
Entre los padecimientos más comunes a los que están expuestos nuestros compañeros caninos, están los parásitos. Estos pueden ser externos o internos y aunque no lo creas pueden ocasionar complicaciones de salud muy serias y en algunos casos, la muerte.
Recuerda que tu perro debe visitar al veterinario al menos cada 6 meses y someterse a exámenes regulares que incluyen aquellos que descartan la presencia de parásitos. Así mismo debes desparasitarlos regularmente y colocarles los productos adecuados para mantenerlos libres de bichos.
De tener algún tipo de parásitos, debes seguir las indicaciones de tu veterinario a la pata de la letra. Entre los parásitos más comunes en perros, podemos encontrar:
Garrapatas. Este tipo de insectos se adhieren a la piel de nuestros perros y le chupan la sangre, provocando irritaciones molestas que causan inflamación y mucho dolor. Son difíciles de evitar pues están en todo tipo de zonas naturales y se adhieren con el mínimo roce al momento de pasear a nuestro perro. O incluso en nuestro propio jardín.
Son las primeras en transmitir enfermedades infecciosas como:
- Ehrlichiosis: infecta las células blancas. Al principio provoca fiebres y algunos perros logran recuperarse del todo pero en otros casos algunos perros pueden desarrollar problemas en el sistema inmunitario y problemas de coagulación. Afecta los glóbulos rojos.
- Babesiosis: destruyen las células rojas en la sangre y ocasionan anemia.
- Enfermedad de Lyme: los síntomas incluyen pérdida del apetito, fiebre, aletargamiento, artritis e inflamación de los nódulos linfáticos.
Pulgas. Este tipo de parásitos son los más frecuentes en perros. Principalmente se encuentran como huevos y larvas en todas partes del hogar, alfombras, tapizados y todos aquellos lugares donde el can se acueste. Sólo un pequeño porcentaje se encuentra en nuestro perro. La picada de estos bichos provocan un picor muy intenso que hace que nuestro perro se rasque sin cesar. Puede sufrir dermatitis alérgica por las pulgas, lo que significa que desarrolla una alergia grave gracias a la saliva de las pulgas. Esto puede ser muy doloroso. En perros pequeños, o cachorros, se puede presentar anemia por la cantidad de sangre que les extraen.
Internos:
Gusanos redondos. Son los parásitos internos más comunes en los perros. Hasta un 30% de los perros sufren de esta infección, y en los cachorros esta cifra sube hasta un 70%.
Los perros infectados liberan los huevos de estos parásitos a través de los excrementos, y al olfatear otros perros pueden ingerir los huevos y contagiarse.
Gusanos látigos. Este parásito intestinal suelen ser muy frecuentes. Se alojan en el espacio entre el intestino delgado y el intestino grueso de nuestros perros, ahí se aferran a las paredes intestinales y se alimentan de la sangre.
Los perros se contagian al oler o lamer superficies que han estado en contacto con heces infectadas, o si comen hierba o raíces contaminadas.
Puede que tu perro no presente ningún síntoma, si la cantidad de gusanos es pequeña, pero si es grande pueden padecer diarreas sanguinolentas. Debe tratarse inmediatamente pues puede provocar una infección grave e incluso ser mortal.
Gusanos redondos con gancho. Este tipo de parásitos internos se alojan en el sistema digestivo del perro, se aferran a las paredes abdominales, succionan la sangre del animal y sueltan sus huevecillos en el tracto digestivo donde contagian a otros perros a través de las heces. Las larvas viven en el suelo y eso hace que sea más fácil de infestar otros perros pues por contacto o penetración en la piel, el can se expone a contagiarse. Afectan hasta un 30% de los perros.
Son bastante delicados y representan una gran amenaza ya que pueden provocar hemorragias internas. En cachorros y perros mayores es mayor el riesgo. Los cachorros no logran sobrevivir una hemorragia así sin recibir transfusiones sanguíneas. Y los perros adultos pueden sufrir hemorragias crónicas lo que provocará pérdida de peso, anemia y si no es tratada, incluso la muerte.
Gusanos del corazón. Estos gusanos se transmiten a través de los mosquitos y una vez que se desarrollan, se alojan en el corazón y en los vasos sanguíneos grandes de los pulmones del perro. Pueden llegar a medir hasta 30 centímetros de longitud. Cuando han alcanzado la madurez alojados en el corazón o los pulmones, pueden afectar el torrente sanguíneo de todo el organismo e incluso pueden provocar insuficiencia cardíaca. Es común que el perro presente síntomas de insuficiencia cardíaca o respiratoria, puede pasar de ser muy activo a cansarse rápidamente, tener dificultad para respirar o tos. Aunque en los primeros momentos de la enfermedad, puede no haber síntomas aparentes. Los padecimientos clínicos graves se manifiestan después de semanas o meses. Si no se trata a tiempo y adecuadamente, puede resultar mortal.
Lo más recomendable es hacerle los chequeos regulares a tu mascota y estar alerta ante cualquier síntoma. Si ves alguno de estos en tu perro, lo mejor es acudir inmediatamente al veterinario.
Las vacunas son muy importantes para cuidar su salud y ayudar a prevenir estos parásitos. Mantente al día con su calendario de vacunas y consulta al veterinario cualquier duda que tengas.
También te recomendamos mantener a tu perro con pipetas y productos repelentes de pulgas y garrapatas, limpia tu hogar con productos especializados y no ignores ninguna señal de la presencia de estos bichos. Pueden convertirse en verdaderas plagas.